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Doctor Humberto Cicchetti, pionero y promotor de salud en el Impenetrable 

El viernes 29 de octubre se recordó en Castelli el 45º aniversario del fallecimiento de un médico cirujano que dejó una huella indeleble en toda esa comunidad. 

Junto a Virginia Bunn, su esposa y amor de su vida, su tarea social, espiritual y educativa aún perdura en la sede de la JUM en Castelli.

Al doctor Cicchetti, como se lo conoce y recuerda aún, le sobrevive su hija Wanda Cichetti, destacada artista que compartió varias de sus vivencias, tanto en testimonios como en material fotográfico. Rescatamos un breve repaso por su vida y obra de la mano del escritor e historiador local Juan José Schmidt, quien este año también ha vuelto a poner en escena la prolífica obra social y espiritual del padre Holzer, tanto en la travesía y llegada de las familias de Alemanes del Volga, como en el desarrollo de varios pueblos del interior del Chaco, que NORTE ha sabido retratar en varias oportunidades. 

Como buen cirujano de campo y militar, el doctor Cicchetti poseía una habilidad única para abordar situaciones imprevistas y hasta graves de sus pacientes, con lo que salvó incontables vidas (archivo familiar).

Un cirujano en el Impenetrable 

Schmidt relata que "El doctor Humberto E. Cicchetti nació el 14 de septiembre de 1910 en San Nicolás, provincia  de Buenos Aires. Luego de varias visitas a fin de evaluar la situación, se instaló en  Castelli, en 1964, motivado por el sueño de acompañar a comunidades aborígenes de las costas de los ríos, para lo que eligió la punta de riel, que favorecía la conexión con el país y el mundo. Desde esa fecha se desempeñó como médico cirujano, ejerciendo su profesión con espíritu solidario en épocas de escasos recursos, tanto económicos como de equipamiento médico. Con sus 50 años había adquirido gran experiencia en la Armada, ya que fue teniente de navío y se desempeñó en hospitales de campaña en atención a heridos de guerra. Poseía amplios conocimientos de técnicas ancestrales adquiridas en las yungas bolivianas. 

Fue director del Hospital Güemes y promotor en la construcción del nuevo edificio, inaugurado con una moderna sala de cirugía durante su gestión. Fue muy reconocida su labor como cirujano aplicando sus conocimientos de intervención práctica. Aún vive en la memoria de ciudadanos de Castelli de distintas razas y culturas. En el recuerdo afloran estas palabras: "El doctor Cicchetti no andaba con vueltas", o "El Dr. me salvó". Cuentan quienes lo frecuentaban que en su consultorio tenía de mascota un zorrino, que él mismo había operado para retirarle las glándulas de defensa que producen un fuerte olor al orinar, y cual un gato convivía pacíficamente. 

Fue el fundador de  las Misiones Evangélicas Cristianas Unidas (MECU), hoy (JUM) Junta Unida de Misiones. Fue el impulsor de la obra médica educacional, desde donde trabajaba incansablemente, dando contención médica, educacional y laboral en carpinterías a aborígenes qom y wichi. Recorría vastos territorios a los márgenes del Teuco-Bermejito, donde evaluaba casos para su tratamiento en Castelli. Muchas familiares de enfermos se instalaban en chozas improvisadas en cercanías del centro médico, hasta donde se le acercaba comida que la obra médica les proporcionaba, hasta tanto se reponía el enfermo y volvía a su lugar de origen. La premisa del doctor con el paciente recuperado era que debía trabajar la tierra, lo que le daría salud y bienestar, además de alimentos naturales que contribuían a su rehabilitación. Su clara visión de integración se basaba en que los pueblos aborígenes debían capacitarse laboralmente para insertarse en nuestra sociedad, además de no descuidar sus deberes como personas que viven en comunidad. La higiene y el respeto hacia las demás personas fueron la constante. 

Podemos decir sin temor a equivocarnos que el doctor Cicchetti tenía una clara visión de integración, palabra muchas veces intencionada en nuestros tiempos, manipulada en favor de beneficios o intereses personales o réditos de grupos o personas que atentan contra la plena integración de los individuos que viven en comunidad, una integración con derechos y deberes, obligaciones de personas que viven en una sociedad organizada. Ser personas íntegras con derechos y obligaciones como ciudadanos argentinos. "Fue el promotor de la creación del primer barrio aborigen de nuestra ciudad (el barrio Nocaayi, en 1971), para ubicar a familias que se asentaban precariamente en cercanías de la obra médica.

Cicchetti falleció el 29 de octubre de 1976. Sus restos fueron depositados en un rústico cajón de tablas fabricado por sus amigos, los aborígenes, que lo acompañaron hasta su última morada. Sus restos descansan en Villa Río Bermejito, bajo la sombra de un árbol a orillas del río. Su compañera incondicional Virginia Bunn fue, además de gran persona, excelente profesora de música. 

En una charla luego de una cena en casa del doctor Vázquez, éste animó a Cicchetti a instalarse en Castelli, dado que el ramal ferroviario le aportaría ventajas, y convencido optó por radicarse definitivamente. Como dato anecdótico, hoy frente a la entrada de la obra médica se juntan las calles que llevan los nombres de Vázquez y Cicchetti, donde el 15 de noviembre de 2014 se colocaron placas conmemorativas del cincuentenario de dicha obra. Como homenaje, el barrio aledaño a la obra médica lleva su nombre y una calle lo conmemora: nace frente al nuevo Hospital del Bicentenario, atraviesa la obra médica y llega al barrio Nocaayi". 

Como buen cirujano de campo y militar, el doctor Cicchetti poseía una habilidad única para abordar situaciones imprevistas y hasta graves de sus pacientes, con lo que salvó incontables vidas (archivo familiar).

Promotor del asentamiento de originarios en Castelli 

Juan José explica que "Si hablamos de la historia de Castelli, nos referimos a un determinado momento de esta parte del territorio. Sabemos que los pueblos preexistentes habitaban todo el territorio argentino, y el Gran Chaco no era la excepción. Existen trabajos de investigación, de años de conquistas regadas de sangre y dolor, pero la historia reciente de la ciudad es más bien un punto de encuentro de distintas corrientes culturales que se amalgamaron en un punto geográfico que nos identifica. Es por ello que, para hablar de la historia de Castelli, debemos remontarnos a 1928, cuando por un decreto presidencial se crearon las colonias Juan José Castelli y a Florida, en una pampa deshabitada; si hablamos de los pueblos originarios, nos referimos a las comunidades qom y wichi, que por aquel entonces habitaban las costas de los ríos Teuco, Bermejo, Bermejito y lagunas adyacentes, dado que el monte y el rio les proporcionaban los alimentos para la subsistencia. Las comunidades qom se asentaban en la parte inferior del Teuco-Bermejito y adyacencias (Lavalle, Pampa del Indio, Espinillo, etc.), en tanto los wichi en la parte superior (Pompeya, Sauzalito, etc.).

En cuanto a pobladores venidos a principios del siglo XX de Salta, también se hallaban afincados en la parte norte del departamento Río Teuco (hoy General Güemes), especialmente cerca de ríos y aguadas, ya que eran ganaderos y se dedicaban a la cría de vacunos. Cabe mencionar que, al crearse las colonias en la pampa deshabitada, lo más cercano eran tres estancias de pobladores ingresados desde Salta a principios de 1900: "La Indiana", "La Libertad" y "La Argentina". 

Podemos mencionar que en "La Argentina" había seis familias de originarios que fueron las más cercanas a donde nacería Castelli. En 1928 se crearon las colonias  y en 1931, en la segunda semana de junio, llegaban a ocupar los lotes mencionados las primeras 320 familias; en ese mismo año comenzaban a sembrar el algodón que (con dificultades) era llevado a Presidencia Roque Sáenz Peña. El 17 de junio de 1936 llegaba el tren a las colonias por gestión del reverendo padre Holzer y los colonos. Esto trajo aparejado el nacimiento de Castelli, el 3 de octubre de 1936". 

En 2014 se recordó el 50 aniversario de la fundación de la JUM, y también se rescataron y preservaron las placas históricas colocadas en su sala de cirugía.

Cicchetti, a la luz de los historiadores 

Nuestro médico cirujano también es retratado en varias producciones escritas que retratan la huella de este personaje de la historia castelense. El historiador Ricardo Omar Jacob, a quien debemos su libro "Castelli", respaldado con amplia documentación y material fotográfico, escribe que "…cuando se produjo el arribo de los primeros contingentes de colonos no había prácticamente en el lugar aborígenes, a excepción de algunas familias que sumaban 39 personas al mando del caciquillo Aranda, cuya ocupación era la de baldeadores de agua en los puestos ganaderos". Luego explica que "…al tener conocimiento de la colonización de estos campos por la gente venida de La Pampa (…), se trasladaron a Castelli los indígenas que habitaban en el Teuco (id est: Colonia Río Teuco) u otras pampas, allí ocuparon tierras a título de nativos, impidiendo a su modo que se le ocuparan unos treinta lotes agrícolas. El éxodo hacia estas colonias obedecía en realidad a una conjunción de varias circunstancias, especialmente la enajenación de las tierras fiscales por parte de los "norteños", lo que les fue quitando los recursos para continuar con la economía de caza y recolección… las nuevas colonias agrícolas debieron ofrecer el atractivo que para muchos la vida nómade dejaba de tener". 

Según reza un informe de la Unión Agraria Argentina firmado por Eugenio Tchorba: "Informado el suscripto del entorpecimiento que oponían los indígenas, procedí a citar y reunir a parte de la tribu capitaneada por los caciquillos Cabito Leiva, Augusto Soria y Juan Alberto. De la entrevista en cuestión y previa inspección y constatación de la calidad de las tierras, y ya que no aceptaban el trasladarse a la reserva de 150.000 hectáreas que le fueran destinadas en la colonia Teuco, se les propuso otorgarles un permiso provisorio en la cabecera norte de la colonia La Florida, encerrando una superficie de 6.500 hectáreas (hoy Miraflores). Ya instalados los colonos, la siembra del algodón fue el motor económico para las familias que, al ser numerosas, se encargaban de la carpida y cosecha del textil hasta mediados del 30. En 1936 (el 17 de junio, más precisamente) el ferrocarril llegaba a las colonias. A través de las vías férreas comenzaban a llegar cosecheros golondrina desde Corrientes y Santiago del Estero, muchos luego pasaron a ser agricultores por la disponibilidad de tierras fiscales alrededor de las colonias J.J. Castelli y La Florida". 

A partir de la década del 40, las comunidades originarias comenzaban a llegar desde sus lugares de asentamiento; los qom desde la cuenca baja del Teuco-Bermejo, y los wichi desde la parte superior, trayecto realizado en las tradicionales caravanas con burritos que las personas mayores aún recuerdan. El investigador Juan José Schmidt, en el libro "Desandando la huella rumbo a la cosecha de algodón", narra una de esas tradicionales migraciones y el trato amable con los colonos. En el caso de los qom, estas travesías solían utilizar un punto  intermedio donde se había radicado la comunidad de Pampa Argentina (tierras cedidas a las familias que trabajan en la estancia que llevaba ese nombre) como nexo entre las costas y las colonias, pasando a ser más numeroso el asentamiento al trascurrir de los años. En 1963, con la llegada a la zona del doctor Enrique H. Cicchetti, pasó a ser determinante para la radicación posterior de los originarios en Castelli. Tengamos en cuenta que Cicchetti llegaba con la misión de instalarse en Pampa del Indio para trabajar con las comunidades; el ferrocarril, que hasta ese entonces generaba un importante medio de comunicación, lo traía al punto de encuentro, que se generaba por el  servicio que éste aportaba. Fue determinante una charla con el doctor Vázquez, que lo hizo cambiar de opinión, y accedió a instalarse en Castelli por los beneficios que este medio de accesibilidad le proporcionaría.

Por su parte, la escritora María Elena Pastori de Fetter, en su obra "Homenaje a los pioneros que hicieron Castelli", refiriéndose a Cicchetti y Virginia Bunn nos dice "….en diciembre de 1963 llegan al Chaco y a Castelli enviados por la Iglesia Metodista, con los mismos fines altruistas y solidarios con los que trabajaron en Bolivia. Al año siguiente ya estaba funcionando el hospital, con el doctor particularmente dedicado a la tuberculosis, que atacaba vorazmente a todo el grupo familiar aborigen...". Cichetti traía a los enfermos del monte, los trataba y los alimentaba. Contrariamente a la forma en que se trataba la tuberculosis en ese momento (tratamiento permanente, por eso era "imposible asistir al aborigen", como se decía), usaba dosis alternadas con nuevas graduaciones, dos veces a la semana, con tratamiento ambulatorio muy controlado, ya que los aborígenes eran seminómades…". 

"Simultáneamente trabajó en el hospital Güemes, sin nombramiento oficial, por lo que no recibía remuneración. Desafió la carencia de medios, la distancia, su salud precaria (por enfermedades que contrajo en Bolivia), en pos de su único objetivo: ayudar y atender al necesitado, especialmente sus hermanos aborígenes, como gustaba decir. A ellos dedicó su vida, brindándole su palabra amiga, sus vastísimos conocimientos científicos, la maestría de su bisturí, sus inquietudes de investigador, el sacrificio de su descanso". Por su iniciativa se creó el primer asentamiento aborigen en el pueblo y nació el primer barrio toba, que se fue acrecentando a medida que pasó el tiempo. 

Pastori, en una entrevista a "Juancho" Agustín Días, poblador originario, relata que "Juancho vive en el barrio Nocaayí, donde se asentó la comunidad desde 1971, en un predio de cinco hectáreas al noreste de la planta urbana. Juancho nació en el paraje Pozo La China a principios de 1940, cerca de El Espinillo; nunca fue a la escuela, así que no sabe leer ni escribir, pero su modo de vida trashumante le permitió desarrollar conocimientos acerca de las propiedades medicinales y nutritivas de las plantas de la zona y el comportamiento de numerosas especies de animales .De niño creyó en una divinidad máxima, creador del mundo y único para todos los seres humanos, Ñi Qarót (nuestro creador o el gran espíritu bueno). En El Espinillo pasaron "…demasiada miseria, no teníamos pan, ni yerba para tomar mate", dice Juancho, y pasaron muchos días sin comer nada. A veces tenía suerte y "...mariscaba un yolo (majan) o una qolleguesak (iguana), vendía el cuero y la carne podíamos comer. A veces iba con unos compañeros a pescar por el Teuco al Bermejo, donde conseguían surubí, bagre, armado, patí o dorado. 

"A fuerza de sufrir hambre, decidieron hacerse cosecheros. La época de cosecha era en febrero, demorábamos más de 30 días hasta llegar a las chacras, quedábamos 4 o 5 meses para volver a El Espinillo, dice Juancho. El patrón era muy bueno, pagaba bien la cosecha y por ahí nos regalaba comida, o nos daba mercadería cuando teníamos mucha hambre. Luego vinieron a vivir a Castelli, el doctor Cicchetti se ocupó de las enfermedades que afectaban especialmente a los aborígenes, mi madre tenía tuberculosis y fue internada en la Junta Unida de Misiones que dirigía Cicchetti. Ella murió recién en 1984, nadie quiso volver a El Espinillo. "Acá todos fueron a la escuela y terminaron la primaria. La situación económica siempre fue precaria, ¡pero allá era peor!". Y años más tarde hizo, al sureste de la planta urbana, el barrio "Curishi", de 112 viviendas. Posteriormente se construyeron nuevos barrios destinados a la comunidad indígena, además sala de primeros auxilios y escuelas bilingües con jardines de infantes", relata. 

En "Memorias del Gran Chaco (2ª parte)", Ceferino Jorge Castro relata: "Entonces en Castelli viene el Dr. Humberto Enrique Cicchetti, y toda la gente llega de El Espinillo junto con el viejo Silvio Rojas, nombre "Nocaayi". Toda la gente está desparramada bajo los árboles. En Castelli no hay casa, no hay nada. Viene el doctor y se funda allí un barrio. Cuando era todo monte, levantaron la iglesia. Y él les enseña la carpintería. Para ser agente sanitario enseña aún en la iglesia en el barrio. Primero la iglesia era metodista, del doctor Cicchetti. Él me eligió para ser pastor. En 1972, me dijo: "Ahora ya tienen un misionero aborigen, Aurelio López. La iglesia se va a llamar Iglesia Evangélica Unida". En el mismo libro, Josefina López, quien nació en el Espinillo, relata que "cuando murió mi marido en Pampa Argentina me vine a  Castelli, entonces me da trabajo el doctor Cicchetti, en el internado lavo ropa, remiendo. El doctor pide a la municipalidad un terreno y pone allá toda la gente que hace tratamiento. Antes había muchos que hacen tratamiento y los pone allá en el barrio. Todo monte, pero ellos limpian. Entonces, como había mucha gente, el doctor me enseñó a hacer todo con los enfermos: cortar la pastilla, poner inyección, me enseñó bien. Mucho trabajo cuando estaba el doctor Cicchetti. Lunes, miércoles y viernes hace olla grande de sopa para la gente que hace tratamiento y su familia". 

Personal de enfermería que lo asistía en cada operación e intervención quirúrgica. Hasta la fundación del Hospital General Güemes (hoy Hospital del Bicentenario), la clínica del doctor Cicchetti fue sede de práctica de reconocidos médicos que llegaban a Castelli.

La voz de vecinos y amigos 

Schmidt entrevistó a Juan Carlos Pellegrini (barrio Nocaayí, 2014), quien recuerda: "Nací el 17 de agosto de 1936 en Pozo la China (El Espinillo), luego trabajo en puesto sanitario de Fortín Lavalle, y en 1973 llego a Castelli como agente sanitario. El 3 de marzo de 1974 comienzo a trabajar en la JUM. Se atiende todo el día a gente que viene de alrededores, de Güemes hasta Formosa; único cirujano el doctor Cicchetti. Ni tiempo para tomar cocido, todo el tiempo ocupados, ni escuchar radio, mate prohibido, fumar perjudica a quienes tienen tos."

"Llegan las primeras familias a la Juana Azurduy. Allí les dan comida (con su mismo sueldo) cuando había un enfermo internado, crea el barrio Nocaayí y trae gente de Suiza que capacita en salud y carpintería. Enseña a trabajar la tierra, y a los enfermos les recomienda hacerlo, porque ayuda a sanar: sembrar maíz, zapallo, batata; hay para comer y ayuda al enfermo, cuando vuelven al lugar donde viven".  

Arnoldo W. Roth recuerda: "50 años atrás me ubico en el barrio Nocaayí, dando clases en escuela para adultos (nocturno), compartiendo el espacio de la sala del templo en igual actividad con la señora Virginia de Cicchetti. Era este edificio casi un rancho, bajo techo a dos aguas y piso, no solo de tierra, sino de "polvo de tierra" (para que el virus de la tuberculosis no se disperse en el aire), iluminado con lámparas de gas, siempre repleto de alumnos. Y agrega que "no recuerdo si antes o después de la ampliación de la red de agua potable hasta quinta 35, luego de mucho ir y venir el doctor Cicchetti ordenó la subdivisión de la quinta (no sé si con agrimensor oficial, pero que sigue siendo la misma que conocemos actualmente). El plano original tenía una pequeña manzana (sector SE, que en un principio servía de ladrillería para el mismo barrio como parte del programa de capacitación de alumnos adultos y pacientes en recuperación). El doctor Cicchetti marcó una época, fue un antes y un después de su llegada. Desde el año ´63 en adelante (finales de la década del 60 y 70), fueron fundamentales en la labor misional y de fortalecimiento sanitario de las comunidades originarias, que pasaron a vivir en forma permanente en barrios de Castelli. 

Jorge Collet, quien fuera referente de la JUM por muchos años, cuenta: "Yo llegué a Castelli en julio de 1978, en una pasantía de 40 días. Allí me encomendaron hacer una mensura previa del asentamiento en la quinta 35; comenzamos el trabajo junto a Juan López, Ramón Álvarez, Alejando Maciel, Eleuterio Segundo (único sobreviviente), Alberto Farías, que eran de la comunidad del barrio en ese entonces. Con alambres y estacas hicimos la demarcación, el trazado de las calles respetando los laterales, y como referencia la iglesia ya instalada. Tomando desde los mojones que demarcaban los cuatro lados de la quinta. Fue con mucho entusiasmo y amistoso el trabajo, gracioso a la vez, porque las líneas divisorias de terrenos dejaban a patios partidos al medio y ollas en el fogón quedaban de la otra línea, alejada de la precaria vivienda. Según Jorge, la quinta fue entregada por Álvaro Palavecino (Lalo) durante su gestión (25/5/73 - 24/3/76). La escuela 894 se crea el día 02/03/81 en un edificio que la comunidad cede en calidad de préstamo y se designa como director organizador a Arnoldo Werner Roth. Puede agregarse que en la oficina de Catastro del municipio de Castelli se constata una mensura firmada por el agrimensor Reinaldo Abel Ciuccio con fecha de abril de 1982. 

*Para agencia NORTE - Castelli. 

Con Wanda, su hija, hoy reconocida artista plástica que preserva el legado y la memoria de su familia en este rincón del Chaco.

Homenaje al Doctor

(Por Juan José Schmidt)

Castelli te vio llegar 

Con un baúl de ilusiones, 

Sin ostentar los honores 

Y sepultando ambiciones. 

En cuerpos que aún añoran 

Pintados de mil matices,  

Tu nombre sigue grabado 

Con letras de cicatrices. 

Doctor Humberto Cicchetti 

Este pueblo te recuerda, 

Desenterrando nostalgias 

De aquellas charlas amenas. 

Son muchos los compueblanos 

 
Que aún las calles caminan 

Fueron tus manos doctor  

Las que alumbraron su vida. 

Visionario en medicina 

Con técnicas ancestrales, 

Cultor de milenarias ciencias 

De cuerpo y alma sin males. 

Tu barrio te inmortaliza 

Una calle que te nombra, 

A tus huesos los custodia  

Un algarrobo y su sombra. 

Aunque el Señor de los cielos 

Te llevó a curar sus almas, 

Perdurarás por los siglos 

En esta tierra sagrada.