Maniobras para “maximizar” vacunas facilitaron la discrecionalidad
Agentes sanitarios afirman que se realizaron hasta seis aplicaciones por frasco cuando lo recomendado es cinco. El cambio de presentación puso un freno.

El fuego amigo en la interna del oficialismo que se llevó puesto a Ginés González García al frente del Ministerio de Salud desnudó una serie de falta de transparencia en la administración de las vacunas contra la Covid, que antes de lo que ocurriera con el exfuncionario acumulaba capítulos en varios puntos del país, que crecían al ritmo que las dosis se distribuían en las provincias.
Chaco no fue la excepción y hasta fue una de los distritos “pioneros” es que la discrecionalidad sea una regla con el caso de un sacerdote que señalaron que presenta comorbilidades accedió a la inoculación mucho tiempo antes que gran parte del personal sanitario .
El argumento fue que visitaba a personas hospitalizadas y daba contención emocional a familiares de pacientes (tarea que realizan gran parte de los prelados pero que no se vacunaron) y hasta lo acontecido con una legisladora provincial en Sáenz Peña que indica que exigió que se le coloque la Sputnik V por el hecho de ser parte de la delegación oficial que participó de las primeras aplicaciones que se efectuaron en la provincia.
Con la repercusión mediática y social que tuvo la eyección de la cartera sanitaria con certificación de defunción política incluido de quien ya desempeñara como ministro desde 2002 hasta 2007 reavivó “algunos recuerdos” de prácticas que hasta hace poco eran moneda corriente y que mediante un cambio en la presentación de las ampollas ahora son parte de las anécdotas de la “viveza criolla” entre agentes sanitarios.
“Queda un remanente en las paredes de la jeringa”, es la explicación que da alguien que conoce de inoculaciones por la acción de “maximizar” el frasco de Sputnik V que antes venía de la forma que se conoce como multidosis y cada recipiente servía hasta cinco aplicaciones pero el comentario dentro del hospital Perrando como otros puntos es que lo “estiraban” hasta seis y que ahora la forma de presentación como monodosis impide que esa práctica siga vigente.
Gran parte de estos procedimientos expresaron que tuvieron lugar en el hospital Perrando cuyo director había puesto a consideración del Gobierno su renuncia una vez trascendido el caso del cura que fue inoculado sin que fuera parte de los grupos esenciales, pero desde el Ejecutivo se definió que permanezca en el cargo.
El hecho de que tampoco fueran públicas las listas de quienes reciben las dosis facilitan la discrecionalidad y quienes día a día son parte de los operativos advierten que impera la informalidad en todo el proceso ante la ausencia total o controles sumamente laxos.
“Hay oportunidades que una llega al punto de vacunación y si mencionara solamente que es personal de Salud le basta para ingresar y recibir la dosis”, comentaron agentes sanitarios o bien la otra “picardía” manifiesta que se conoció además de la política de maximización de la dosis.
Era habitual que aquellos que no pertenecían al sistema de salud se acercaran hasta los centros de aplicación de la vacuna a efectuar una especie de guardia activa en la esperan ser llamados cuando faltaban algunos de los que figuran en las listas, en función de que una abierto el frasco que tenía cinco dosis las aplicaciones deberían hacerse en forma inmediata para que no se interrumpa la cadena de frío que tiene la Sputnik V.