El aumento que faltaba: el kilo de pan se vende entre 110 y 150 pesos en la provincia
Diego Ballesta, del Centro de Industriales Panaderos, reflejó una difícil situación del sector y habló sobre las claves para la reactivación del consumo.
Entre un 10 y un 15% se actualizó el kilo de pan, con aumentos que se están llevando al mostrador progresivamente en las panaderías de la ciudad y de la provincia. Así, el kilo pasará a costar entre 110 y 150 pesos, según las variedades y los distintos negocios que comercializan el producto.

Diego Ballesta, presidente del Centro de Industriales de Panaderos del Chaco, explicó a NORTE las razones del incremento, y reflejó también la situación delicada que atraviesa el sector tras un 2020 malo con un consumo que bajó en torno al 40% respecto al año anterior.
El incremento del kilo de pan fue definido en los últimos días por la Federación Argentina de la Industria del Pan y Afines, y fijado entre 10 y 15%. “El aumento se está empezando a aplicar”, confirmó el dirigente y empresario. Así, explicó que el precio quedará en la mayoría de las panaderías de Resistencia entre 110 y 120 pesos, y hasta 150 pesos o más en algunos negocios, aunque también otros pueden comercializarlo por debajo de los 100 pesos.
“Todos tenemos temor, porque la inflación este año rondará como mínimo un 4% mensual. Ante esa situación, vamos a tener que seguir acompañando evolución, porque si no la actividad será imposible, ya que venimos de dos años sin rentabilidad, con precios muy ajustados. No podemos darnos el lujo de no actualizar los precios”, trazó Ballesta.

Reveló que, durante el año 2020, el valor del pan y de otros productos de panadería “acompañaron la evolución de la inflación”, y terminaron aumentando alrededor de un 36%. “Arrancamos enero con un aumento sostenido en el precio de la harina, que es nuestro principal insumo y afecta a la producción de pan. Los aditivos como la grasa, la margarina, el dulce de leche, también aumentaron, pero no al mismo ritmo que la harina”, indicó.
En los demás productos de confitería, había ciertas dudas en el sector sobre el porcentaje a aplicar, por lo que Ballesta sostuvo que “seguramente” habrá una remarcación, pero quizás “no en el mismo nivel que el pan”.
Vamos a tener que seguir acompañando evolución de la inflación, porque si no la actividad será imposible, y venimos de dos años sin rentabilidad.
Las ventas se redujeron un 40%
Durante el 2020, las panaderías continuaron trabajando como rubro esencial, aunque la actividad estuvo afectada por las restricciones impuestas por la pandemia y la menor circulación de personas. Ese escenario se tradujo en una caída del 40% en las ventas con respecto a 2019.
“A valores históricos, vendimos en el 2020 más o menos el mismo valor que en 2019”, trazó Ballesta, marcando así esa caída en torno al 40%. Y señaló que ese panorama de menor consumo ni siquiera repuntó con las menores restricciones a la circulación de personas.
“En mi caso, que es también el caso de muchas panaderías, trabajamos en la producción con tres turnos (tarde, mañana y noche). En marzo, prácticamente todas bajamos a dos turnos, manteniendo el de mañana y el de noche. Y el turno entre las 21 y las 4 de la madrugada no se recuperó más. Seguirá así hasta tanto no se abran las escuelas, que generan un movimiento importante de personas desde las 6.30 de la mañana”, explicó Ballesta.

Otro dato que sumó a ese panorama es que la mayoría de las panaderías abrían a las 6 de la mañana, pero en el contexto de restricciones y menor circulación, pasaron a abrir las 7.30. “Al no haber escuelas, y las familias no necesitar el bizcochito o pan caliente, no tiene sentido abrir antes. Todo eso no se pudo recuperar”, comentó.
“Si empiezan las clases, todos vamos a volver a abrir como antes, lo que ayudará a mejorar las ventas”, indicó. Y reveló: “En mi panadería, hicimos mediciones sobre la afluencia de clientes, y probamos abrir a las 7.30, pero entraron en ese horario sólo tres personas. Lo mismo con el horario de cierre a las 21”. Así, advirtió que “se está trabajando en atención al público menos horas de las habituales”.
“Si esto no cambia, estamos en riesgo muchas panaderías”
Con respecto al empleo en el sector, Ballesta recordó que el gobierno nacional colocó “el cepo de la doble indemnización” que limitó los despidos durante 2020. “Tuvimos una pequeña ayuda de los ATP, por algunos meses, pero en septiembre se suspendió. Y luego el Repro II muy reducido. Estamos en el día 20 de enero y todavía no acreditaron los 9000 pesos en las cuentas de nuestros empleados. Nuestra situación está muy delicada”, subrayó.

Tras recordar que se produjeron cierres de panaderías durante el año pasado, alertó que “mayor es el riesgo de las que podemos llegar a cerrar si esto no cambia”.
“En los últimos días se habla de que una importante porción de la población estará vacunada hacia febrero y marzo. Venimos sosteniendo, desde hace mucho tiempo, que básicamente lo que puede empezar a mover la rueda en esta actividad pyme es la apertura de las escuelas y el regreso de los empleados públicos al trabajo”, marcó Ballesta, resaltando la importancia de “circulación de las personas, para que se reactive el consumo”.
Lo que puede empezar a mover la rueda en esta actividad pyme es la apertura de las escuelas y el regreso de los empleados públicos al trabajo.
“A nosotros no nos interesa que haya boliches bailables ni que los espectadores vayan a una cancha de fútbol, sino que la actividad productiva esté en funcionamiento para que todos podamos trabajar normalmente. El cambio que avizoramos es para marzo o abril, con un panorama más positivo que nos permita ser más optimistas”, concluyó.