El desesperado pedido de padres de un niño que sufrió abuso sexual
Una lucha de los padres que lleva cuatro años. Mientras el responsable está prófugo, el menor que fue víctima sigue internado.
‘No quiero vivir más esta pesadilla, quiero que mi hijo y el resto de mi familia volvamos a tener una vida normal‘. Quien lo dice es Mirta Ávalos y no se trata -en lo más mínimo- de una exageración.

Cuatro años atrás, una violación brutal sufrida por uno de sus hijos hizo volar por los aires la rutina que llevaban en su hogar.
‘Mi hija dice que lo vio hace poco pero que él enseguida se alejó y no le dio tiempo de avisar a la policía. O sea que todavía anda por acá. ¿Cómo puede ser que no lo encuentren? Nosotros necesitamos que pague por lo que hizo‘, dice Mirta.
SIN MEJORAS MÉDICAS
El nene abusado sufrió lesiones que derivaron en una grave infección. Eso obligó a su internación en septiembre de 2014, poco después de la violación. Al año siguiente fue derivado al Hospital Garrahan, donde permanece y está a punto de cumplir tres años de internación continuada.
‘Él mismo me pregunta a veces si ya atraparon al desgraciado que le hizo esto. Él lucha, trata de estar de buen ánimo, pero está cansado de no poder estar con sus hermanos, de no poder jugar con ellos‘, dijo ayer Mirta a Radio Libertad. El sujeto buscado por la justicia es un hombre apodado ‘Japo‘.
‘En la fiscalía que tiene el caso me dicen que nos quedemos tranquilos, que están esperando encontrarlo, pero yo siento que debería hacerse más. No puede ser que no lo agarren. Él tiene familiares, seguro que mantiene contactos con ellos‘, dice Mirta.
Ella prácticamente vive en Buenos Aires, acompañando a su hijo. "Con él tengo que ser fuerte, pero cada vez me cuesta más".
‘Ahora en el hospital quedó mi hija mayor y yo vine unos días a Resistencia para ver a mis otros hijos y a mi esposo, y tuve una crisis de nervios. Es como que tenía la necesidad de llorar y de gritar. Lo que estamos viviendo es una pesadilla. No doy más, quiero que termine‘, dijo.
En Resistencia, a cargo de los demás hijos, quedó su esposo. ‘Él hace lo que puede, porque tiene que salir la mayor parte del día a buscar changas para que los chicos puedan ir a la escuela y comer, pero no puede con todo‘, cuenta Mirta.
Además, la crisis económica agrega un castigo más. En el hogar sólo abundan las necesidades. La familia nunca tuvo un pasar holgado, pero tampoco faltaba nada. Hoy las changas no son tantas y el dinero alcanza para mucho menos.
‘Lo que nunca nos faltó fue estar unidos y creo que ese amor es el que nos mantiene juntos a pesar de todo‘, dice Mirta.
PEDIDO DE AYUDA
En medio de la tormenta, pide una mano solidaria a la comunidad. ‘Pido por favor que nos ayuden con ropa y calzados para chicos, sobre todo para los de menos edad, que son los 9, 13 y 14 años. Y si alguien puede dárnoslo, también un lavarropas. Con que funcione es suficiente‘.
También, claro, será bienvenida cualquier posibilidad de trabajo para el esposo de Mirta. Quienes deseen colaborar pueden contactarse con el celular 362-525-9410, para llamadas, mensajes de texto o Whatsapp.